Cada vez más mayores de 55 frecuentan las citas en línea y quedan a merced de estafadores
En pandemia, Tinder, Quarentine Together, eHarmony, OurTime y decenas de apps de encuentros tuvieron un crecimiento exponencial y atraían en su mayoría a jóvenes entre 18 y 34 años. Este año, el uso se polarizó.
Una reversión de la tendencia en el uso de aplicaciones de citas en línea empezó a tomar forma este año, ya que mientras en 2020 el 63% de los que bajaban a su celular Tinder, Quarentine Together, eHarmony, OurTime y decenas de otras, tenían entre 18 y 34 años, este año creció en forma sostenida el público entre 55 y 60 años.
La pandemia y las prolongadas cuarentenas del año pasado empezaron a cambiar aquel perfil inicial y en 2021 las personas mayores constituyeron el segmento de más rápido crecimiento cuando se trata de citas en plataformas online.
El dato que surge de un estudio realizado por BTR Consulting, especializada en ciberseguridad, es concluyente: aproximadamente uno de cada seis adultos entre 55 y 65 años usa apps de citas o redes sociales para conocer personas y vincularse sentimentalmente.
El comportamiento detectado desmiente lo que se creía de que ese grupo etáreo se abstiene de interactuar en apps de citas y que hubiera cerrado ese capítulo de sus vidas.
La pandemia dejó al descubierto la necesidad de conexión común a todas las edades y que no desaparece cuando alguien se convierte en un adulto mayor, que no sólo vive más tiempo, sino que también más saludable y, por sobre todo, aprendió a estar conectado a internet y a sus dispositivos.
El relevamiento indica que cada vez son más los que encuentran el amor online, y por lo tanto se convierten en potenciales víctimas de las llamadas “estafas románticas”, que involucran a criminales que fingen relaciones para engañar a sus “Romeos y Julietas”, a aquellos que viudos y solitarios arriesgan sus intereses amorosos, sus ahorros, su patrimonio y jubilación, entregando información privada y confidencial o simplemente enviando dinero por algún medio electrónico, afirma el informe.
Las estafas románticas se materializan cuando alguien se aprovecha de otra persona fingiendo interés amoroso.
Puede hacerlo mediante la creación de perfiles falsos en sitios de citas en Internet o a través de redes sociales como Facebook o Instagram.
Lo que suele ocurrir es que la víctima comienza lo que cree que es una relación real, muy intensa, el estafador invierte mucha energía en entusiasmar a esta persona, hacer que le revele información personal, que comparta secretos oscuros y profundos, intimidades, y ganarse su confianza.
La víctima queda así atrapada en esa telaraña.
¿Qué ocurre luego? llega la solicitud de dinero. El estafador cuenta una historia de mala suerte, una situación de emergencia de algún tipo, un problema médico o una tragedia y luego le pide a la víctima que envíe dinero.
También se observan otros tipos de actos fraudulentos, como obtener acceso a cuenta bancaria, tarjetas de crédito y otra información de identificación personal de la víctima.
Lo que rara vez se produce, en estas circunstancias, es un encuentro cara a cara con la víctima, suelen aducir que están en el ejército, fuera del país, etc.
Estafas que crecieron últimamente
1) Ofertas laborales: trabajos falsos que se pueden hacer de forma remota con una remuneración alta. Publican en sitios de empleo y luego solicitan un pago por adelantado para la capacitación. Piden información personal durante el “proceso de solicitud” y la utilizan para robarle la identidad.
2) Influencers de Instagram: Los estafadores crean cuentas falsas que se parecen a la cuenta real de los influencers. Organizan un concurso patrocinado por una marca falsa y le piden al “ganador” que pague una tarifa o proporcione su cuenta bancaria para obtener el premio.
3) Sextorsión: El sexting, ya es una práctica popular, lo que ha llevado rápidamente a la facilitación del sextorsión. Los estafadores se hacen pasar por una persona atractiva en OnlyFans o Snapchat, enganchan al objetivo y trasladan la conversación al texto. Envían una imagen explícita y piden una a cambio. Una vez recibida, se revelan a sí mismos como estafadores y amenazan con enviar la foto a todos los contactos del teléfono de la persona y publicarla en Internet.
4) Compras: Se crean sitios web falsos que parecen una tienda de eCommerce que vende artículos con un gran descuento. Si compra, el artículo nunca llega, se embolsan el dinero y roban fondos de su tarjeta de crédito e información personal para futuros robos.
Sin embargo, las particularidades de los sitios de citas diversifican los riesgos de caer en trampas. Así como OkCupid y Match.com hacen un catálogo de preguntas para (con suerte) ofrecer una pareja amorosa, otros, como Tinder y Grindr, recogen mucha información en segundo plano, a menudo sin que el usuario lo sepa.
El denominador común a todas es la utilización de la inteligencia artificial para encontrar a la persona adecuada para cada miembro.
Es la IA la mayor demandante de datos para funcionar, lo cual explica que los sitios de citas recopilen tantos. Los necesitan para mejorar sus servicios con el fin de ganar más clientes y, en algunos casos, para vender anuncios o compartir la información de los usuarios con terceros corredores de datos.
Nadie está exento de ser engañado. La consultora identifica a los menores de 21 años como presas más accesibles para timar, aunque las estadísticas demuestren que las personas mayores son, usualmente, las victimas más frecuentes.
Lo que está habiendo ahora, según la firma especializada en ciberseguridad, es un aumento de víctimas de la Generación Z sin precedentes, lo que habla de la creciente sofisticación de los estafadores: agudizan “la mira” y buscan candidatos entre los que están mucho más tiempo conectados, que realizan más transacciones en más dispositivos, de modo que la probabilidad de convertirse en “una víctima” aumenta, sensiblemente, cuando los jóvenes estudian, juegan, compran, sociabilizan, tienen citas, trabajan o buscan trabajo. (NA)